VISITAS INESPERADAS


VISITAS INESPERADAS
información adicional y letras de las canciones de mi nuevo CD


1. Turbio y arisco (Letra: Daniel Robles-Música: Marcelo Franco) Guitarra.: Marcelo Sanjurjo-Piano: Claudio Corradini (Ramos Generales)
Percusión: Chicho Romairone
Bajo eléctrico: Martín Sciurano
Grabado en la casa de Claudio el 29.4.2008

En ciertas noches, uno acostumbra
Echarse al cuerpo algunos tragos
Que lo oscurecen y lo perturban,
Es lo que pienso, es lo que hago.

Me pasa entonces que el ámbar tibio
Me arrastra bajo su correntada,
Cierro los ojos, hago equilibrio,
Si pierdo todo, no pierdo nada.

Cuerpos lejanos, caras extrañas,
Formas inciertas, falsos colores,
Torpes promesas en la maraña
Impenetrable de mil amores.

La vida pasa como si nada
Como si nada me va a marcar
En la sonrisa y en la mirada
Lo que me quita y lo que me da,.
Lo que le ofrezco lo multiplica,
Lo que le oculto lo restará,
Al fin y al cabo en esta noche
El resultado está de más.

Lenguas de trapo, ojos vidriosos,
Códigos rotos, distintas claves,
Mínimo esfuerzo, grandes negocios,
Amor eterno, reinos sin llave.

Final del baile, risas y premios,
Todo es abrazo, medalla y beso,
Qué buen disfraz, figura y genio,
Después de todo no es más que eso.

Salgo a la calle, turbio y arisco,
Adentro siguen las emociones,
El alma abierta a los mordiscos
Y a manotazos los pantalones.

2. Lo mejor de tus sueños (Letra: Daniel Robles-Música: Marcelo Franco)Piano: Marcelo Baldonedo
Grabado en la casa de Baldonedo el 04.10.2007


Vuelvo a sorprender con mi desvelo
La amenaza de este cielo
Que comienza a clarear,
Dulce furia antigua, tan violenta
De este aire de tormenta
Que me da una extraña paz.
Miro tu carita en la almohada,
Calmo tu temblor con otro beso y mi calor
Se mete en tu interior,
Cambia tu sueño y es mejor
No comprender cómo se puede amar así...
Soplo y te empujo con mi aliento
Y te llevo muy adentro,
Donde puedas recordar...

Que es amor,
Cuando miento, cuando invento,
Es amor.
Es amor,
Cuando invado tus estados,
Es amor...
Podrás
Notar la diferencia y sonreirás
Al ver
La simple realidad, mi realidad,
Por favor,
Te lo pido una vez más y es por amor,
Que despiertes y me mires porque soy
De tus sueños lo mejor...


Ruidos de la calle cuando llueve
Y de tu cuerpo que tan leve
Se deshace al despertar.
Junto los pedazos de tu sueño,
Te acaricio y te enseño
Uno nuevo para armar.
Traigo el café y nuestra cama
Mezcla su sabor
Con el perfume que el amor
Libera en tu interior,
Ya no es un sueño y es mejor
No comprender cómo se puede amar así...
Llueve y me pregunto si esto es cierto
Cuando encuentro el cielo abierto
De tus ojos al mirar...

3. Un día de furia (Letra: Daniel Robles - Música: Patricio Quinteros) Guitarra: Agustín Luna
Grabado en la casa de Agustín el 14.09.2007

Cuando el sol tan rojo cifrado en su nombre
Lo atacó de frente como una condena
Llevaba en su cuerpo las mil y una noches,
La última copa, la última cena.

Se vistió despacio, en cámara lenta,
Se miró al espejo arqueando una ceja,
Suspiró profundo y sacó la cuenta,
Tan fino, tan dulce, tan solo, sin quejas.

Al subirse al auto bajó la bandera,
La puta costumbre se dijo y apenas
Era la tarifa del tiempo de espera
Más cara de todas, una vida entera.

Puso un tango reo buscando el consejo
Que nadie le daba en medio de aquello,
El bar de la esquina quedaba tan lejos…
Perros de la calle!... Dónde estaban ellos…!

Quedáte tranquilo, en la dulce espera
Que un día de furia lo tiene cualquiera…


Saltó el eslabón, rompió la cadena,
Era todo rojo en la carretera,
Lo que viviría ya era pasado,
El ser o no ser a una calavera.

Antes de bajar se miró las manos,
Se arregló el cabello, palpó su campera,
Caminó dos cuadras y al entrar por ella
Miró su reflejo sobre la vidriera.

Tarde para todo ya no era quien era.
La mató con rabia, se mató con pena
Y entre muerte y muerte vivió diez minutos
Mirando asombrado su última escena.

Ese sol tan rojo cifrado en su nombre
Se apagó despacio entre las sirenas
Y un fundido a negro cayó sobre todos
Que un día de furia lo tiene cualquiera…

Quedáte tranquilo, en la dulce espera,
Que un día de furia lo tiene cualquiera…


4. Corazón y pases cortos (Letra: Daniel Robles-Música: Marcelo Franco)Guitarra: Marcelo Sanjurjo – Piano: Claudio Corradini
Grabado en la casa de Claudio el 29.4.2008

En mis tiempos de apogeo jugaba en toda la cancha,
No esquivaba el entrevero, siempre hacía pata ancha.
La pelota bajo el pie, la frente alta, la pausa,
El pase justo, bien mansa, la pared, la diagonal,
La alegría de jugar, los ravioles en la panza.

Encaraba por adentro, por arriba y los costados,
Si me paraba en el centro lo daban por liquidado,
Me deslizaba elegante sobre la verde gramilla,
Si no venía sencilla o algún gil me la pisaba
Ahí nomás mi sed calmaba rompiendo alguna canilla.

Un poco de picardía, un poco de pizarrón,
Se organiza la osadía, se libera la razón.


Los años fueron pasando, las rodillas no me daban
Y fue cuestión de entender por dónde el secreto andaba,
Corazón y pases cortos, un paso atrás, el aliento,
Un grito en ese momento y saber, en el aguante,
Que a veces se llega antes si se va seguro y lento.

Hoy hago la personal, otras veces toco en zona,
De patrón y mariscal pasé al toque a la patrona.
Me quedo de colchonero, me mando algún que otro trote,
Yo que antes fui el azote de todos los guardavallas
Ahora el látigo me falla pero aún pesco algún rebote.

No festejo un gol en contra, una expulsión o un penal,
No me cierran los botones que abren cualquier ojal.


Tal vez no te infle una red, no tenga un pique explosivo,
Pero en el área se ve, de todos, quién es más vivo.
Da gusto verme inspirado, rabona, sombrero y caños,
Cómo empujo, cómo engaño y saco de la galera
A la mejor delantera, la experiencia de los años.

En el banco, mi suplente, deberá aguantar la espera,
Mis botines y mis lentes los cuelgo cuando yo quiera.
Todavía no es el tiempo de mi última gambeta
Cuando me caiga de jeta por la guadaña de Dios,
Y la meta en un rincón… con la tribuna repleta…

He gritado muchos goles con la alegría secreta
de bancar buenas y malas con la misma camiseta.
La vida como el potrero tiene el pique desparejo,
Algunas te caen al pie, las otras se corren lejos...


5. El color del barrio (Letra: Daniel Robles – Música: Marcelo Franco)Bandoneón.: Aníbal Vitali
Grabado por Eduardo del Gobbo en su estudio el 26.12.2007

Un caserío olvidado al borde de la bahía,
Las ilusiones vacías a golpes de tierra y sal,
El viento marca los rasgos achinados de su gente,
El barro palpita y siente las huellas del arrabal.

Yo tengo el color del barrio que vio nacer mi locura,
Que me ocultó en la amargura de un amor en su final,
La memoria de mis viejos está latiendo en mis huesos
Y tal vez sea por eso que siempre estoy por llegar.


Una sombra entre tus sombras, tierra, bronca, lluvia gruesa,
Amasa el barro y espesa la sangre de tu sudor,
El Maldonado enrojece y un perfume de marea
Da ese aire de pelea que enciende mi corazón

Yo tengo el color del barrio que vio nacer mi locura,
Que me ocultó en la amargura de un amor en su final,
La memoria de mis viejos está latiendo en mis huesos
Y tal vez sea por eso que siempre estoy por llegar.


Por tus calles voy siguiendo los rastros de mi pasado,
Siento el eco de un llamado cuando va cayendo el sol,
Busco el calor de unas manos con olor a grasa y tiza,
El consuelo de tu risa, la dulzura de tu voz.

Yo tengo el color del barrio que vio nacer mi locura,
Que me ocultó en la amargura de un amor en su final,
La memoria de mis viejos está latiendo en mis huesos
Y tal vez sea por eso que siempre estoy por llegar.


6. Qué pretende usted de mí? (Daniel Robles)
Grabado en la piecita del fondo de mi casa el 10.04.2008

Qué pretende usted de mí? Qué tango anda buscando?
Qué cantor está esperando, qué historias quiere escuchar?
Esas de nunca acabar o de final prematuro?
Las de blandos, las de duros, tango botón, de consejo,
Tango raro, tango viejo o berreta de tan puro?

Y es que así como me ven de traje y a la gomina
No se engañen, me fascinan los travestis y las putas,
Los crímenes en las rutas y el sexo con animales,
Los incendios forestales, los delirios de la merca,
La crónica bien de cerca, la mugre en los arrabales.

Pero también muchas veces soy cool y desprejuiciado,
Y agarro para un costado metafísico, impalpable,
Un equilibrio inestable hace que el mundo me invada,
Siento mi mente elevada, mi alma divina y etérea,
Mi poesía es cosa seria cuando me inspira la nada…

Por eso estoy preparado para todos los pedidos,
Para los tangos vencidos tengo un peluquín guardado
Y un disfraz de reventado si es neotango sin fé.
Soy rebelde de café y alternativo sin tregua,
Con un piercing en la lengua y un tatuaje de Lou Reed.

Porque… ironías aparte, complacer no me interesa.
Tengo dos o tres certezas pero ninguna es canción,
Aquí desde este rincón, mientras observo la fiesta,
Las luces, la mesa puesta, anfitriones e invitados
Mirándose de costado...

…yo sigo cantando una pequeña, muy pequeña canción de amor para vos…

7. Florcita de cardo (Letra: Daniel Robles – Música: Marcelo Franco) Guitarra: Agustín Luna
Percusión: Fernando Fabrizzi.
Grabado en la casa de Agustín el 14.09.2007

Oculta en la belleza obscena del paisaje,
como una flor de cardo al lado del camino,
serás como ese gesto sutil, como un ultraje
que cambia sin saberlo la fuerza de un destino.

Sabré elegir sin duda, como quien ya no espera,
con mi cuerpo arrasado y con mis manos ciegas
el azul apagado de tu belleza muda
y el dolor deseado de tu espina serena.

No habrá sobre mi cama ni rosas pretenciosas,
ni exóticas orquídeas ni lánguidas gardenias,
será sólo tu tallo quien sostenga mis sueños
y calmará mis ansias tu flor de cardo tierna.

Y al correr de los años, casi sin darnos cuenta,
serás mi renacer, seré yo tu letargo,
pasará por mi cuerpo tu sabia vida lenta
y serás para siempre mi florcita de cardo.

8. Mis cenizas (Letra: Daniel Robles – Música: Marcelo Franco)
Guitarra eléctrica: Ezequiel Valdéz
Bajo: Fernando Iglesias Reynes
Batería: Fabíán Ricardo
Grabado por Alejandro Valdéz en su estudio el 17.05.2008

Esparciré yo mismo mis cenizas
En los rincones más ocultos de tu casa,
En la escuela de tus hijos, en tus misas,
En el camino a tu trabajo y en tu plaza.

Invadiré con mis olores tus especias,
Me comerás en tus más íntimas veladas,
Y construiré mi guarida entre tus cactus
Y en el desierto atroz de tu mirada.

Seré ese polvo blanquecino y misterioso
Que cubrirá tus arrugas y mis cartas,
Pero sabrás en tus tristezas y en tus gozos
Que este amor ya no se olvida ni se mata.


Te pincharás con mis espinas más agudas
El dedo aquel donde llevás tu matrimonio,
Y cada vez que me niegues, sin saberlo,
Invocarás, inocente, a mis demonios.

Yo flotaré eternamente en ese aire
Maravilloso y agitado de tu aliento,
Me meteré entre tus ropas y tus carnes
Y seré tus cosquillas en el viento...

9. Mariposa de la noche (Letra: Daniel Robles - Música: Marcelo Franco)
Guitarra: Marcelo Franco
Grabado en la casa de Franco el 2.05.2008

Será esta luz de delirio
Tu pedido de auxilio,
Esta luz imposible
De otra noche imposible,
Resplandor imposible
Que ilumina tus dominios.

Será otro error calculado
De tu mundo cansado,
El sabor imposible,
El sonido imposible
El color imposible
De los sueños malogrados.

Esta estrategia de araña, esta quietud de llanura,
Este miedo de espesura, este frío de montaña.
Mariposa de la noche en un foco de avenida,
Con un minuto de vida tan eterna en tu derroche.


Y vas hacia el fin tan segura
En tu triste aventura
Cae tu ardor imposible
En mi herida imposible
Este grito imposible
De perdón y de locura.

Dejás con tu polvo de olvido
En tu vuelo vencido,
Aleteo imposible
De un minuto imposible
El amor imposible
Que te ofrezco y que te pido.

Ese cuerpo incontrolable, esa visión deformada,
Estas manos maltratadas que acarician lo intocable.
Este silencio de cuna, esta soledad de espera,
Este vacío cualquiera que llenás como ninguna.


10. Puntos de vista (Letra y Música: Daniel Robles)
Guitarra, acordeón, bajo, percusión: Acho Estol
Violín: Osiris Aldebrán Rodríguez
Producido y grabado por Acho en la Caverna el 28.03.2008

De acuerdo al punto de vista es lógico que yo sea
Lo que la gente se crea y tal vez un poco más,
Total a mí me da igual, por abajo va mi vida,
Si me miran desde arriba y no me quieren ni un poco
Entre lo arisco y lo loco no soy fácil de llevar.

Para los vecinos soy peor que el que estaba antes,
Para tu amiga un farsante, un señor para mi abuela,
Para tus padres apenas lo poco que has conseguido
Un ángel como testigo, un juez como Lucifer,
Y con mis hijos la ley que burlan cuando desean.

Al fin que todo depende del cristal con que se mire,
Entre principios y fines todos tienen la razón…
Que si vengo, que si voy entre odios y entre amores,
Entre piedras y entre flores, lo falso y lo verdadero
Sólo sé que soy certero si te apunto al corazón.


Desde tu punto de vista de acuerdo a con quién estés
Tratarán de hacerte ver que soy cabeza o soy rabo,
Con tu madre soy un vago, con mis amigos un genio,
De tu corazón el dueño si te escribo una canción
Y seré tu perdición si sigo sin un centavo.

Aunque puedo ser a veces tanto el uno como el otro
De acuerdo a quién monte el potro y qué whisky haya bebido
Con Hyde y Jeckyll metidos y a la rastra por la vida
En bajada o en subida a favor o en contramano
Nunca corto por lo sano, prefiero haberlo vivido.

11. Milonga del último (Letra y Música: Daniel Robles)
Piano: Marcelo Baldonedo
Grabado en la casa de Baldonedo el 04.10.2007

Va esta milonga por los amigos
Que aunque se fueron están conmigo.


A quién le importa si por el vino
Traigo recuerdos y me lastimo,
Cualquiera sabe que en ciertas noches
Quedarse solo no es buen destino.

Va esta milonga por los amigos
Que aunque se fueron están conmigo.


Me pasa a veces que, distraído,
Encuentro en alguien un parecido
Entonces vienen una tras otras
Tantas historias que hemos vivido.

Cambio las fechas, pago testigos,
Invento hazañas, premio y castigo,
Y se transforman como en un sueño
Los vencedores en los vencidos.

Va esta milonga por los amigos
Que aunque se fueron están conmigo.


Llega la hora, suena un chasquido,
El hilo cede por lo más fino,
Del lado claro lo que se puede,
Del lado oscuro lo que quisimos.

Apuro el trago, río y maldigo
Por lo que somos o no hemos sido
Mientras espero sobre mis hombros
El brazo amable de aquel amigo.

Va esta milonga por los amigos
Que aunque se fueron están conmigo.


12. La murguita de los reos (Letra: Daniel Robles – Música: Patricio Quinteros)
Guitarra, contrabajo, coros: Patricio Quinteros
Grabado en la casa del Negro Quinteros el 21.11.2007

La noche pasa sin prisa y es traicionero el licor,
Corre un calor codo a codo y se sube al corazón.

Lamiéndose las heridas los reos huyen de Dios
Y crucificado, al fondo, reza su canto el cantor.

Se escuchan desde la esquina los rumores del tablón,
El fútbol y las mujeres encienden la discusión.

De dónde son esos tipos, qué viento los empujó
Amontonando sus penas empapadas en alcohol…

La música va buscando en la oscuridad feroz
El brillo que se derrama del alma del perdedor.

Que si no fuera por ellos tal vez sería un señor
Con la mano calculada la sangre bajo control.
Que si no fuera por ellos faltaría el resplandor
Que enceguece mi cordura y no sería quien soy.

Sin perdonarse el pasado van de menor a mayor,
El tiempo dirá si pueden, nunca faltará ocasión.

Por las dudas si naufraga en la copa un corazón,
Alguno de ellos se acerca y ahí mismo se hunden los dos.

Y así se van por las calles cuando está saliendo el sol,
Las viejas mojan los pasos sincopados del alcohol.

Van cagándose de risa de las cosas sin valor
Tarareando el estribillo de alguna triste canción.

Es esa cuerda invisible que se corta en un temblor,
Mañana dará otra nota, que si hubo una, habrá dos…

13. Y vos por ahí (Letra y Música: Daniel Robles)
Bajo: Martín Sciurano
Grabado en la casa de Martín el 11.11.2007

Un día gris, pura luz de tan gris.
Un día gris va pasando por mí,
Miro el reflejo en el espejo,
Estoy tan solo y vos por ahí.

Tu boca rota, furia en mi nariz,
Sobre la mesa los rastros del fin,
Tus labios rojos, tus grandes ojos
Desde una foto se ríen de mí.

La tele brilla mostrando un país
Que multiplica la bronca por mil,
La gente muere y a mi me duele
Tu boca rota y vos por ahí.

Pasan las horas, no puedo dormir,
Por todas partes te siento reír,
Mi mente en llamas piensa en qué cama
Estás dejando tu olor a jazmín.

Alcohol y zapping, temblor y algún tic,
Por las paredes chorrea el spleen,
Cuánta tristeza en esta pieza,
Me estoy muriendo y vos por ahí,

Un día gris, pura luz de tan gris,
Un día gris va llegando a su fin,
Me voy y dejo en el espejo
Mi último grito y vos por ahí...

14. La superada (Letra: Daniel Robles – Música: Marcelo Franco)
Guitarras: Ismael de Julia y José Luis “Pocho” Teixidó
Grabado en la casa del Pocho el 9.2.2008

Yo sabía que a pesar de mi apariencia
Y lo cruel que suelo ser en estos casos,
Volverías a intentar con la experiencia
De cambiar el rumbo errante de mis pasos.

Sé también cómo te engrupen los otarios,
Y conozco palmo a palmo tus barullos,
Mucha agenda, mucho bótox, mucho diario,
Mucho chat y celular, puro chamuyo.

Ya no sos la muchachita enamorada
Que creía en mis sueños imposibles,
Ahora sos del country aquel, la superada,
La del york-shire terrier y el convertible.

No me falta corazón y no me sobra,
Controlá tu pretensión, no seas chabona,
Siempre fui de los que bailan con su sombra
Y hoy querés verme pelear por la corona.


Perdonáme por favor si he sido torpe
Y no he estado a la altura de tus fines,
Es que llevo en el cuerpo tantos golpes
Que ya es hora de ir colgando los botines.

Yo me quedo en tu rincón, como una copia,
Si querés verme sangrar estás jodida,
Andá vos a comprobar en carne propia
Cómo duelen las trompadas de la vida.

15. Pequeña canción de despedida (Letra y Música: Daniel Robles)
Guitarra: Ricardo Arriagada
Acordeón: Osvaldo Villegas
Grabado en la casa de Osvaldo el 12.12.2007

Me decís que puedo enamorarte, que pruebe,
Que tal vez si tengo algo de suerte te lleve.

Que además, si mejoro mi oferta y me apuro
Me aceptás un poco turbulento y oscuro.

La verdad, me muero por tenerte y es cierto,
Pero hoy sería una mala idea el intento…

Como sos tan fría y tan distante, mi amada,
Me podés abrir viejas heridas por nada.

Vos estás un poco encaprichada y yo lento,
Lo que ves ni brilla ni es de barro por dentro.

Aunque no… a pesar del cansancio y mis canas,
No lo sé… no es bueno que te deje con ganas.

Te daré los gustos que mis años destilan,
Sólo que… de a poco y con paciencia, tranquila…

No es por vos que vas esperanzada, riendo,
Es por mí que vuelvo cabizbajo, sabiendo.

Sólo aquí nos veremos de frente a la cara,
Una vez para darnos por siempre la espalda...

Pero sí… paremos al costado un momento,
Que total… al fin nos perderemos… lo siento…

16. Milonga de los vampiros (Letra:Daniel Robles - Música:Marcelo Franco)
Guitarra, coros: Patricio Quinteros
Percusión: Chicho Romairone
Timbre: alguno de los vampiros
Coro de vampiros “Los Condes de Anemia”: Martín Recalde,
Oscar “Chino” Martínez, Walter Canales, Jorge Ponce,
Eduardo Puchetta, Raúl “Polaco” Bojczeniuk y el Capitán Pierre.
Grabado en la casa de Patricio el 30.4.2008

Sobrevuelo tu misterio, paso al ras de tu destino,
Cuando estoy por atacarte me detengo arrepentido.
Doy mil vueltas por la noche, maldigo, grito y deliro
Por la culpa de dejarte en su casa y a su abrigo,
Por hoy estás sana y salva, porque soy un buen vampiro.

Un vampiro que se espanta con el sol del mediodía,
Con la estaca del deber, con la cruz de la rutina.
Un espejo hecho pedazos, muerte eterna, sangre y ruinas,
La oscuridad que me envuelve curándome las heridas
Y la cara borroneada en las fotos de mi vida...

Milonga de los vampiros, gente de mala bebida,
Que brindan por la salud de los que entregan su vida.


Entregáte sin temor, no te engañen los sentidos,
Si tu sangre no se altera me sentiré complacido.
Me acercaré en la penumbra, veré mi sueño cumplido,
A pesar de mi apariencia y el deseo contenido
Te beberé con ternura, porque soy un buen vampiro.

Quiero morir de una vez en un "te tomo y obligo",
En el ajo de tu tajo, en el dolor de tu olvido.
Mi piel ya tiene mil años y mi voz es un aullido
Que te llama y te reclama y te muerde en un suspiro,
De tanta vida que tengo, estoy más muerto que vivo.

Milonga de los vampiros, gente de mala bebida,
Que brindan por la salud de los que entregan su vida.


Te dejaré eternamente algunas de mis manías,
Un cierto aire de ausencia, las manos blancas y frías.
Rondarás las mismas calles acechando en las esquinas
Con tus ojeras de plata buscándome entre neblinas,
Y lo que yo te haré a ti, le harás a otro, querida...

Me llevaré para siempre la paz del deber cumplido,
Está en mi naturaleza, no hay que buscarle sentido.
Mi víctima más hermosa será la próxima, aspiro...
Aunque no puedas creerlo, lo tengo bien merecido.
Al fin y al cabo soy esto... nada más que un buen vampiro.

Milonga de los vampiros, gente de mala bebida,
Que brindan por la salud de los que entregan su vida.
Milonga de los vampiros, gente de mala bebida,
Que cuando salen de copas, alguien paga con la vida...

____________________________________________________________
Los arreglos de los temas pertenecen a cada uno de los músicos que han participado en ellos. Sus diferentes miradas y tratamientos hacen de este puñado de mis canciones un único ser de variado pelaje. Áspero y arisco o suavecito y querendón, reaccionará de acuerdo a la mano que lo acaricie. A todos ellos, con los que he compartido tantos años de música y adyacencias varias, mi agradecimiento, mi admiración y mis disculpas por mis Visitas Inesperadas.

Una mención especial para mi compadre en estas visitas inesperadas. El gran Emilio Mundel (Grabación, mezcla y masterización). Sus conocimientos técnicos y su amor por este trabajo lo han hecho posible.

contacto 0054 11 1564934081
turbioyariscoproducciones@gmail.com

Qué pretende usted de mí?

Qué pretende usted de mí? Qué tango anda buscando?
Qué cantor está esperando, qué historias quiere escuchar?
Esas de nunca acabar o de final prematuro?
Las de blandos, las de duros, tango botón, de consejo,
Tango raro, tango viejo o berreta de tan puro?

Y es que así como me ven de traje y a la gomina
No se engañen, me fascinan los travestis y las putas,
Los crímenes en las rutas y el sexo con animales,
Los incendios forestales, los delirios de la merca,
La crónica bien de cerca, la mugre en los arrabales.

Pero también muchas veces soy cool y desprejuiciado,
Y agarro para un costado metafísico, impalpable,
Un equilibrio inestable hace que el mundo me invada,
Siento mi mente elevada, mi alma divina y etérea,
Mi poesía es cosa seria cuando me inspira la nada…

Por eso estoy preparado para todos los pedidos,
Para los tangos vencidos tengo un peluquín guardado
Y un disfraz de reventado si es neotango sin fé.
Soy rebelde de café y alternativo sin tregua,
Con un piercing en la lengua y un tatuaje de Lou Reed.

Porque… ironías aparte, complacer no me interesa.
Tengo dos o tres certezas pero ninguna es canción,
Aquí desde este rincón, mientras observo la fiesta,
Las luces, la mesa puesta, anfitriones e invitados
Mirándose de costado...

…yo sigo cantando una pequeña, muy pequeña canción de amor para vos…

http://youtube.com/watch?v=MTPsisxVy_E

www.myspace.com/wwwmyspacecomdanielrobles

Pecados capitales


Tengo un don. He notado que al tercer whisky mi sentido auditivo se afina de una manera notable y casi podría decir que soy capaz de percibir el ruido que produce un alfiler al caer sobre una alfombra a diez metros de distancia.
A medida que voy bebiendo se me nubla la vista, mi cuerpo pierde sensibilidad, se obstruyen mis papilas gustativas, mi nariz es incapaz siquiera de captar el aroma del whisky y sólo soy todo oídos.
Entonces me gusta meterme en los bares, sentarme en una mesa apartada o en la barra y beber en silencio escuchando las conversaciones que mantienen los personajes del lugar. Muy de a poco, sorbo a sorbo, el caos de palabras y música, ruidos de la calle y entrechocar de la vajilla va ordenándose misteriosamente en mi cabeza en distintos planos sonoros de diversa intensidad que puedo controlar a mi gusto aún no sé cómo.
Ayer a la madrugada, como de costumbre, estaba en un bar del bajo bebiendo mi quinto whisky y en posesión de todo mi poder auditivo. Una gran oreja despiadada. Sólo éramos yo y otro hombre sentados cada uno en los extremos de la barra. El mozo dormitaba mirando una mala película de vampiros, el otro solitario bebía café y hojeaba un diario y yo me ensimismaba en el fondo de mi vaso de whisky.
De pronto entra un tipo completamente desencajado.
El del diario, su amigo evidentemente, se da vuelta, lo mira y le pregunta: por qué venís con esa cara? qué te pasó?
Y el otro le responde, mientras se saca el impermeable y lo arroja sobre una silla, no me hablés, estoy furioso, podría matar a alguien en este mismo instante.
Pienso: ira.
Vamos a la mesa del fondo, propone el que está en sus cabales y escucho lo que podría escuchar cualquiera hasta ese momento y desde mi posición: Tranquilizáte. Qué querés tomar?
- No sé… un cognac.
- Arturo por favor, un cognac doble. Vení, contáme…
Se parecen, pienso.
Ahora sí, alejados, pido otro whisky, me concentro, ajusto los controles de mi mente y escucho con claridad.
- Salí con la rubia tetona de la mesa de entrada del Tribunal 4, la ubicás? sí, la petisita esa con cara de chupapija. Al fin me la pude levantar, sabés lo que me costó? Meses de chamuyo. La llevé a un restaurant bien caro y comimos y bebimos hasta morir
Pienso: Gula.
Salimos y ya encarábamos para el telo a masacrarnos
Pienso: Lujuria.
Cuando al subir al auto, el negro de mierda que cuida los coches me mira cómo diciendo, rata, no me vas a dar una moneda?
Una moneda? Y por qué te tengo que dar una moneda yo?
Pienso: Avaricia.
Qué te debo? Por qué no te ponés a laburar en serio? Ya quisiera yo estar todo el día al pedo como vos
Pienso: Envidia, pereza.
- Se lo dijiste?
- Ni loco. No me voy a rebajar a semejante situación, no te parece? Y menos con la minita al lado.
Pienso: Soberbia
Y encima cuando me estoy yendo el hijo de mil putas que me grita: Miserable!!!
- No entiendo. Venís de cojerte a esa perra y en vez de estar feliz y contento te aparecés por acá furioso con el pobre franelita?
- Es que no sé lo que pasó, entendés… si estaba todo bien… Cuando subimos al auto estaba todo hablado, todo hecho, loco. La mina no quiso ir. Podés creer? No quiso ir. Me hizo gastar una fortuna, me dio una máquina infernal y me largó duro. Apenas salimos con el auto para el telo me dijo que se sentía mal, que otro día, que qué se yo… La verdad es que no entiendo qué mierda fue lo que le pasó a la histérica hija de mil putas esa…
El sujeto era uno más de los tantos poseedores del octavo pecado capital, el que los contiene a todos, la estupidez.
Cerré mis párpados auditivos, apuré mi último trago y brindé a la salud de la petisa chupapijas. Rumbo a mi casa, entre el sonido de mis pasos y el de mi respiración, fui rescatando jirones de conversaciones, gritos, gemidos, susurros, ronquidos, risas y llantos. El silencio en la calle era total.

www.myspace.com/wwwmyspacecomdanielrobles

Animal oculto


Mi cuerpo, como el de mi padre, estaba cubierto de lunares. Cientos, miles de lunares. Una infinita constelación de puntos negros y marrones, grandes, pequeños, imperceptibles lunares algunos de ellos.
Un mañana descubrí una magnífica rata sobre la parte interna de mi muslo izquierdo.
Con una lapicera de tinta negra uní la serie de quince puntos que formaban su cuerpo y allí estaba ella, tan hermosa con su larga cola descendiendo hasta la mitad de mi pantorrilla y su cabeza apuntando a mi entrepierna como a punto de morderme los testículos.
De a poco fui encontrando otros animales en diferentes partes de mí.
Un tigre acechaba sobre mi antebrazo derecho, con sus rayas y sus bigotes y sus dientes. Sobre uno de mis hombros, marchaba altanero un pequeño elefante con una graciosa trompa y una sola y enorme oreja que llegaba casi hasta mi tetilla. Dos tenebrosos búhos con sus alas desplegadas envolvían mis tobillos y una cebra y un león entrelazados en mi vientre, luchaban por sobrevivir. Un lince dormitaba sobre mi cuello, un perro sin sus dos patas delanteras se arrastraba por mi pecho, mi espalda fue el desértico territorio de una manada de búfalos y mi cara se abría en pedazos y remontaba vuelo con una bandada de gorriones atorrantes.
Este bestiario me habitó durante años hasta que comencé a desintegrarme por las noches.
Los médicos desconocen el origen de la extraña enfermedad y no han logrado detenerla.
Simplemente una parte de mi cuerpo desaparece sin dejar rastros ni dolor.
Primero fue mi brazo derecho y su tigre. Más tarde mi pie izquierdo y su delfín y luego el otro con su soberbio caballo. Siguió mi pierna izquierda con sus dos rinocerontes, su halcón, su serpiente de cascabel, su gato y su cangrejo, su rata, mi favorita. Al tiempo mi otra pierna con sus ciegos monstruos marinos. Los dragones de mis sienes.
Mi pecho, mi vientre, mi espalda. Mi mano izquierda y mis brazos, mis ojos, mi nariz y mi frente.
Unos días antes de quedarme sin ojos, todavía con mis manos y tal vez con una de mis piernas, no lo recuerdo bien, encontré una vieja foto donde aparece mi padre llevándome en sus hombros por las arrasadas playas de Galván. Con la ayuda de una lupa pude descifrar un enorme oso sobre su pecho. Me pregunto por qué no he tenido yo ningún oso en mi cuerpo. Es extraño. Nada me hubiera gustado más que tener un oso como el de mi padre sobre mi desintegrado pecho.
Esta noche sólo soy mi boca y mi corazón en mi mano derecha y tal vez mañana por la mañana sea nada.

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Qué pretende usted de mí?


Qué pretende usted de mí? Qué tango anda buscando?
Qué cantor está esperando, qué historias quiere escuchar?
Esas de nunca acabar o de final prematuro?
Las de blandos, las de duros, tango botón, de consejo,
Tango raro, tango viejo o berreta de tan puro?

Y es que así como me ven de traje y a la gomina
No se engañen, me fascinan los travestis y las putas,
Los crímenes en las rutas y el sexo con animales,
Los incendios forestales, los delirios de la merca,
La crónica bien de cerca, la mugre en los arrabales.

Pero también muchas veces soy cool y desprejuiciado,
Y agarro para un costado metafísico, impalpable,
Un equilibrio inestable hace que el mundo me invada,
Siento mi mente elevada, mi alma divina y etérea,
Mi poesía es cosa seria cuando me inspira la nada…

Por eso estoy preparado para todos los pedidos,
Para los tangos vencidos tengo un peluquín guardado
Y un disfraz de reventado si es neotango sin fé.
Soy rebelde de café y alternativo sin tregua,
Con un piercing en la lengua y un tatuaje de Lou Reed.

Porque… ironías aparte, complacer no puedo ni me interesa.
Tengo dos o tres certezas pero ninguna es canción,
Aquí desde este rincón, mientras observo la fiesta,
Las luces, la mesa puesta, anfitriones e invitados
Mirándose de costado...

…yo sigo cantando una pequeña, muy pequeña canción de amor para vos…

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El sillón


Con las manos vacías y ya rumbeando hacia la camioneta, el edificio se les ofrece con descaro. La puerta principal se abre a su paso invitándolos a ingresar.
Se cayó el sistema, Gordo, dice el Negro y se cagan de la risa.
Hay alguien en casa?!
Vieja ya llegué!
Silencio burlón y compadrito.
El directorio se tomó el olivo, los ejecutivos de primera línea confabulan en los bares de la zona y beben martinis, los de segunda sueñan en sus casas suburbanas, las secretarias están cogiendo entre sí, los empleados de limpieza se convirtieron en polvo y el personal de seguridad voló por los aires.
El negro y el gordo recorren la planta baja. En lo que parece ser la sala de reuniones, una enorme mesa oval de madera brillante con el cadáver de un hombre en su centro ocupa toda la habitación. Es un hombre joven, de unos cuarenta años. Excelente traje, prolijo corte de pelo, cuidadas manos, bellos rasgos, buen perfume. Un líquido amarillento se le sale por la nariz, le corre por el pómulo izquierdo y cae espeso sobre un pequeño escudo verde en la solapa de su saco. El gordo se sube a la mesa y hace girar el cuerpo de una patada en el estómago. Mientras, el negro decide que allí no hay nada que valga la pena.
Sigamos ascendiendo en la empresa, gordo.
En una oficina del primer piso encuentran una botella de Jack Daniel´s.
Sobre el escritorio un cartel dorado con letras negras informa la identidad de su titular: Ernesto Troncoso. Hay una foto familiar. Troncoso, su mujer y su hija.
Este tipo no parece ser muy troncoso que digamos, dice el gordo y escupen el whisky de la risa.
Che, vamos a meterle pata, ya veo que nos hacen cargar con el coso ese todavía.
Tranquilo gordo, lo mataste vos? Lo más probable es que se haya muerto de un ataque al corazón cuando se enteró que lo echaban a la mierda. Se reunieron en pleno para darle la noticia y ver cómo el pobre infeliz se retorcía frente a ellos hasta morir. Después se fueron todos de vacaciones.
El ascensor se desplaza a una gran velocidad. Se miran en los espejos y boxean hasta llegar al último piso.
La puerta de metal plateado se abre de par en par. Ingresan en un gran espacio vacío. No hay paredes, sólo grandes ventanales. La ciudad se ve como un cielo invertido y ellos son los reyes de la destrucción. Un avión cruza el cielo negro. El Gordo arroja la botella vacía contra uno de los ventanales, rebota y cae parada a su lado. Lo intenta otra vez y de nuevo la botella que rebota en el vidrio y cae parada a sus pies. Ya no se ríen.
Al fin descienden arrasando con todo. Los objetos explotan contra las paredes y los papeles y documentos saltan de sus cajones y se mezclan perdiendo el sentido.
El único dinero que encuentran en el edificio es el que llevaba el tipo de la mesa oval en su billetera. El gordo sale a la calle y regresa al rato en su rastrojera. La estaciona sobre la vereda, con media caja metida en el hall central del edificio. Entre los dos cargan las computadoras, algunos televisores, los zapatos del muerto y el gran sillón que preside la sala de reuniones.
- Negro, viste lo de la botella?
- Gordo, el sillón es mío, está claro no?
- Está claro, negro.
En silencio, cruzan la ciudad.

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