Cuevas y rincones

sentados uno frente al otro
tomamos el café en silencio
un silencio perfecto
surgido del choque frontal de todas las palabras
este silencio de súplicas menos súplicas
de reproches menos reproches
de gritos menos gritos
este silencio que humea sobre las ruinas
de nuestras más bellas melodías
y nuestros más avergonzantes ruidos
un silencio incontrolable y desmesurado
miro a través de la ventana
luego la miro a ella de reojo la miro
el interior de una piedra enterrada
le pregunto
más café? y ella
me fulmina con su mirada
su prisión es más inexpugnable que la mía
un laberinto sin sentido ni lógica ni un centro
ella cree ser esa construcción
pero pobre mujer es apenas un ser desamparado
deambulando entre sus muros
ella cree ser buena y simple
no tener pliegues ocultos sincera tolerante
lo que se dice una pobre víctima
pero al fin y al cabo cada hombre
cada mujer merece ser apaleado al menos una vez en la vida
soy oscuro mentiroso retorcido y maligno
sus amigas me odian me temen y eso perras me agrada
cómo hacer para acercarme a esa mujer
deseo romperle el cuello y seguir bebiendo mi café
hay cosas que no se nombran no se tocan
no se pueden mirar
criaturas nacidas y crecidas
generación tras generación en las profundidades de una caverna
apenas se las alumbra con un rayo de luz
o toman contacto con el aire fresco del exterior
se deshacen en pedazos y estos pedazos en cenizas
lo mejor
es hacer lo siguiente
ahí les va un muy buen consejo
mantener a estos seres ocultos en sus túneles
húmedos estrechos negros
deformes pero vivos
sus huesos son frágiles como el cristal
su piel un manto finísimo a punto de
pulverizarse al primer contacto con el frío o el calor
sus ojos están sellados por la noche interminable
sus oídos estimados amigos sus oídos
explotarían al percibir el sonido más débil
sus gargantas
esas gargantas dios mío
sólo pueden emitir un silbido desolador
que te desgarra el alma
y te hace saltar las lágrimas a veinte centímetros de tu cara
no
no se los puede rescatar
no hay nada qué hacer por ellos
lo mejor creo es rodearlos
mirándolos disimuladamente
como quien no quiere la cosa
silbando bajito una canción de cuna por ejemplo
analizando el espacio que los rodea
el vacío que dejan apenas se arrastran
hacia otro rincón de la cueva
indescifrables
innombrables
intocables
mi bellísima mujer ni siquiera sabe que existen
entonces piensen un poco
puede saber ella cómo tratarlos?
cómo puede desear o planear su aniquilación?
me enloquece el hecho de tener que enfrentarme
solo mi alma con todo esto
cómo haré para curarme si estos tumores habitan en los dos?
tengo la certeza de que todo se acaba y no lo soporto
su estupidez su frialdad su ignorancia su terca ignorancia
me sacan de quicio
estamos juntos en plena caída y
y ni siquiera es capaz de una última mirada de comprensión
al menos
pienso
cuando examinen nuestros cuerpos aplastados contra la acera descubrirán en el mío algún gesto defensivo
me sentaré frente al televisor a ver un programa
cualquiera
un documental sobre animales
o un programa de artesanías para mujeres
habitadas por monstruos de papel maché
y ella me odiará aún más
esto es la vida
todo se derrumba a su alrededor y ella
sólo se preocupa por el polvo que se posa
sobre su delicado vestido de puntillas
al mediodía nuestra hija llega de la escuela
y apenas roza mi mejilla con un beso
sale corriendo en busca de su madre
se lanza en sus brazos y giran y giran
giran despidiéndome con su fuerza centrípeta
a un rincón
de la casa
y de sus vidas

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